sábado, 25 de abril de 2009

No hay tal crisis.


Uno dice no hay tal crisis y se ríe con su mejor sonrisa. Uno dice no hay tal crisis y saca un turno en la peluquería. Uno dice no hay tal crisis y se pone kilos de base. Una vez que aceptas que esa crisis existe ya estas listo para negar tal crisis. Uno dice no hay tal crisis y rompe lo que tiene a mano. Uno dice no hay tal crisis y pone su mejor cara de bólida y dice “no hay tal crisis”. Pero tarde o temprano llega el día donde la crisis tiene la evidencia de una estría y hay que aceptarla. Se puede negar una crisis un día, un mes, un año, pero llega ese día que la crisis te explota en la cara. Atravesar la crisis es como pasar el pelo por agua oxigenada, te aclara el pelo de raíz. Llega la crisis y uno cree que es el final, que se termina todo, y es en realidad donde empieza todo. Atravesar una crisis es como ir a un buen cirujano plástico, sos la misma pero distinta. Dan miedo las crisis, uno le teme a lo desconocido, casi como a un mal de pelo. En chino, en japonés, en coreano, bueno en algún idioma oriental crisis significa oportunidad. Las crisis son como los años, te sorprenden y no te queda otra, hay que llevarlos. Las crisis son un viaje de ida pero también pueden ser un viaje de vuelta.





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